Llueve,
y atraído por la lluvia
miro desde la ventana.
En la humedad de los vidrios
evoco la imagen tuya
mientras mi aliento la empaña.
Hoy es uno de esos días
en que la naturaleza
se adueña de mi atención.
Por ahora, tú y ella
procrean en mi cabeza
la fuente de inspiración.
No me puedo sustraer.
Salgo y me pongo en contacto
con el agua y con la brisa.
Camino bajo la lluvia
y mientras voy caminando
me acuerdo de tu sonrisa.
Y de pronto, me doy cuenta
que estoy lejos de mi casa,
que estoy lejos de la gente.
Solamente me rodea
lo verde de una montaña,
y tú sigues en mente.
Me tiro sobre la hierba.
Siento el llanto de las nubes
cayendo sobre mi cuerpo.
Como si tú fueras nube
bajo tus aguas estuve
bañándome de recuerdos
Al recordar que te hablé
de mi amor al universo
y hacia la naturaleza,
con el viento te mandé
la fantasía de un beso,
aunque tú ya no me besas.
Cierro los ojos y veo
pasajes de nuestra historia.
Es muy grato recordar
todos los momentos bellos
mientras la niebla del tiempo
los borra de mi memoria.
Recuerdo cuando estuvimos
bajo la luz de la luna
señalando las estrellas.
Esa noche compartimos
la magia de la ternura
que se oculta en los poemas.
Fue sublime caminar
por los jardines y parques
que adornan a la ciudad.
Llevándote de la mano
me quedaba contemplando
lo tierno de tu mirar.
Y tirados en el césped
como dos niños jugamos,
y abrazados nos quedamos
mientras me dabas un beso.
Y después de un beso, otro..
depués otro más intenso.
Los árboles se mecían
al ritmo en que me decías
tantas palabras bonitas.
Palabras que ya no tengo
ahora que es cuando siento
que mi ser las necesita.
Contigo pude tener
muchas veces la experiencia
de ver el atardecer.
Disfrutando tu presencia
sentí la naturaleza…
y el amor de una mujer.
Abro mis ojos y dejo
por un rato mis recuerdos.
La ropa sobre mi cuerpo
se secó al salir el sol.
Y yo comparo con esto,
que así se secó tu amor.
Porque así como sentí
que el agua que me mojó
penetró hasta mi interior,
así tu amor lo sentí;
y así como se secó,
se secó tu amor por mí.
Ha salido el arcoíris.
Comprendo que el amor tuyo
no es el único camino.
Sé que encontraré cariño
en el eterno diluvio
de un amor correspondido.
Sé también, que escaparé
del yugo de este recuerdo
que hace tiempo me persigue.
Me levanto y vuelvo a casa
con mi carga de esperanza;
tú sabes, la vida sigue.
jueves, 3 de septiembre de 2009
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