Tal vez no imaginas ésto.
Pero si acaso imaginas
que la razón de estas líneas
es por la emoción que siento
con todo lo que me inspiras,
debo decir... que lo acepto.
¿Sábes qué siento por ti?
Te lo diré de este modo
por no hacerlo complicado:
Si yo fuera para alguien
lo que tú eres para mí...
yo me sentiría soñado.
Ahí tienes; así de fácil.
Una manera muy simple
de expresar mis inquietudes.
Cómo no va a ser así
si yo sólo veo en ti
un ser lleno de virtudes.
No concibo otra manera
de ser más claro y preciso.
Imagina que la vida
es una gran hechicera,
yo su conejillo de indias
y tú su flamante hechizo.
Y claro, no te conozco
y pensarás que exagero
diciéndote todo ésto.
Pero he mirado tu rostro
y en esos ojos tan tiernos
respaldo mis fundamentos.
Pensarás también, acaso,
que soy alguien fantasioso;
y así es... exactamente.
Haberte hallado a mi paso
es como haber encontrado
un agradable aliciente.
Apenas puedo creer
cómo me quitas el sueño;
y cómo la imagen tuya
permanece en mi cabeza.
No me pregunto si es bueno, o no,
y en verdad, no me interesa.
Al igual tú, no me juzques.
No preguntes ni cuestiones
si me has dado o no motivos.
¿Acaso hay reclamaciones
de los árboles al cielo
por hacerlos sentir vivos?
Es ilógico ¿verdad?
Un árbol, en realidad,
tan sólo extiende sus ramas
en señal de gratitud.
Así tú mi bella dama,
así me cautivas tú.
Por eso déjame ser
un poeta cautivado;
pues me siento entusiasmado
con esa voz que me arruya.
Por eso no digas nada...
¿¡Cómo!? si la culpa es tuya.
Y es que sabes: Yo diría
que a causa de lo que inspiras
ésto vino a suceder.
Pues me haces sentir que quiero;
que soy capaz y que puedo
hacer feliz a una mujer.
No me juzques. No cuestiones.
No busques explicaciones
para entender mi conducta.
A mí no me queda claro
cómo es que me has hechizado;
y mira, no hago preguntas.
He pensado mucho en ti,
y te sueño, y te veo,
y me haces sentir feliz
y por ti me siento vivo.
Tú no sabes cuánto das
más yo sé cuánto recibo.
Sólo soy un soñador,
y qué mas dá, no me importa.
De alguna forma la vida
conmigo es muy bondadosa;
pues para fortuna mía,
me inspira una musa hermosa.
Porque si fuera pintor
serías mi mejor pintura;
y si fuera un escultor
tú serías mi escultura.
Pero mira, soy poeta
y tu esencia es mi escritura.
...Llevo conmigo tu imagen,
pues reconforta mi alma,
la inquieta y la tranquiliza.
Te escribo para agradarte
sin esperar de ti nada...
Bueno... sólo una sonrisa.
sábado, 3 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario