Adiós Princesa.

TUVE QUÉ DECIR ADIOS

Encontré lo más cercano
a la mujer ideal,
y se me fue de las manos
como agua de manantial.

Y pude sentir esa agua
que refrescaba mi rostro.
Ya no me refresca nada.
Ella se ha ido del todo.

Se fue, en verdad se fue.
Después de que me sació
ahora me deja con sed.
Mi agua cristalina, adiós.

Fuiste líquido vital
que le dio vida a mi vida.
Agua mía, te me vas
y pides mi despedida.

Que Dios bendiga tu cauce
porque cultivó mi alma.
Ya no estarás a mi alcance;
contigo ya no hay mañana.

Y a pesar de la sequía
que tu ausencia me dejó,
he cuidado la semilla
que sembraste en mi interior.

Con mis lágrimas, princesa,
he regado las raices
de esa planta que recuerda
el más auténtico amor.

Tal vez pases algún día
y reconozcas tu planta.
No estaré para entregarla
porque también dije adios.
Pasa de largo si quieres,
o al contrario, si puedes,
mejor llévate la flor.

EL AMOR DESPUÉS DE TI

Te amo tanto mujer…
y no te puedo tener.
El amor después de ti
se vuelve una encrucijada.
Me quedo sin amar a alguien;
me dejas sin amar nada.

Nada hay de otra mujer
que toque mi corazón.
Lo que te llevas de mí
incluye esa sensación.

¿Qué pasará mientras tanto?
Cada día que me levanto
descobijo tu recuerdo,
y me acompaña en mi día,
y lo abrigo cuando duermo.

¿Amar a alguien más?
No quiero…
Cómo ir por otro camino
cuando vine a transitar
por un amor tan genuino.

¿Luchar por tu amor?
No puedo…
Además, cómo he de hacerlo
si tu estrategia es contraria.
Luché por estar contigo,
y tú eres mi adversaria.

Pero aún así te amo.
Quiero decirlo... !gritarlo!...
...Pero te vas…
Tal vez en vano lo diga,
tal vez no vas a escucharlo.

Y ya veremos qué pasa.
No iré contra el destino
para olvidarte o amarte.
Veremos qué dice el tiempo:
Tal vez sea lo correcto,
tal vez sea lo equivocado.

Pero te juro que te amo…

QUÉ BUENO QUE TE VAS.

Ya escribí la oración de los esposos
que repartiría en nuestra boda.
Ya ensayé el vals que quería
bailar contigo, siendo mi esposa.

Pero no va a ser así.
Me voy y te vas de mí.
Me despido, y además,
qué bien que también te vas…

Raro es, puesto que te amo
y que estés conmigo quisiera.
Digo adiós mientras anhelo
no irme, ni que te fueras.

Pero te vas, y eso es bueno.
Sólo por que lo anhelemos
no quisiera que te quedes.
Es claro que no se puede.

Sí. Qué bueno que te vas.
Gracias por la honestidad,
Gracias por no estár conmigo
nada más por que te amo.

No hacer que te ame en vano
en verdad que lo agradezco.
No quiero que lo intentemos
sólo por que nos queremos

Qué bueno, te vas ahora
y me evitas ese juego
de "veamos si funciona".
Gracias por decir adiós.

Bien por nuestra decisión
antes de que me lastimes
o que te lastime yo.
Gracias por tu amor, mi amor.

ANTE EL ALTAR

Estoy aquí, frente a ti;
frente a ti que eres testigo
de otro de mis sacramentos.
Me presento ante tu altar
para unirme a quien está
unida a mis sentimientos.

Te pido la bendición
para la senda que ahora
habrá de tomar mi vida;
esa senda que andaré
cuando me des por esposa
a mi amada prometida.

En cambio, yo te prometo
mantenerme junto a ella
en los momentos inciertos.
Ilumíname que quiero
antes que ver sus carencias
que yo mire mis defectos.

No sólo le seré fiel
porque te lo prometí.
Mucho más que prometer
me basta con entender
que no hace falta buscar
lo que tengo junto a mí.

Y te prometo Señor,
que honraré a mi compañera
como esposa, novia y madre.
Prometo que así va a ser,
si es posible aún después
que la muerte nos separe.